30 años del prototipo Ecotècnia 12/15 y unos recuerdos
Hoy, 10 de marzo, se inaugura en Barcelona el EWEA 2014, el evento europeo mas importante relacionado con la tecnología y la industria eólica, en un momento en el que el gobierno español se ha puesto de rodillas frente a los que señorean el poderío del gas fósil, y que pretenden que sus siervos les rindan pleitesía, atacando a los que han desarrollado y aplicado tecnologías para aprovechar los flujos de energía que, libre y gratuitamente, nos proporciona nuestro planeta, Madre Tierra–Gaia.
También hoy, hace justamente 30 años, que se inauguró el prototipo de aerogenerador –que sirvió de planta piloto– bautizado con el nombre ‘Ecotècnia 12/15’ por sus 12 metros de diámetro y 15 kW de potencia nominal. Fue el primer aerogenerador moderno, conectado (‘alegalmente’, pues entonces no existía aún normativa al respecto) a la red, en Catalunya, al amparo de la Ley 82/1980 de Conservación de la Energía, el Real Decreto 907/1982 y las Órdenes que lo desarrollaron. La máquina eólica Ecotècnia 12/15 se presentó en público, en el mismo emplazamiento donde se había instalado, ante centenares de personas que habían acudido a la invitación, en un día de final de invierno gris y frío y con la presencia de representantes de los gobiernos catalán y español.
El aerogenerador Ecotècnia 12/15 fue la base a partir de la cual se empezaron a fabricar las primeras series de turbinas eólicas, marca Ecotècnia, de la primera generación (la serie 12/30), de las cuales se instalaron unos trenta. Las dos primeras en la Comunidad de Castilla–La Mancha (mayo 1985), cuatro más formando parte del primer parque eólico comercial del estado español (Granadilla, Tenerife, 300 kW, diez máquinas: cuatro Ecotècnia , cuatro GESA y dos Aerogeneradores Canarios; inaugurado el 11 de junio de 1986), diez en el parque eólico de Ontalafia (Albacete, 300 kW, 1987), y diez en el parque eólico de Tarifa (Cádiz, 300 kW, 1988), además de algunas máquinas individuales, en Los Llanos, Figuerola del Camp y Roses. Curiosamente solo dos en Catalunya, donde tenía su sede la cooperativa Ecotècnia.
Eran tiempos en que el presidente de la Generalitat no se avergonzaba de manifestar: ‘No podemos volver a los molinos de viento’ (éste fue el titular de El Noticiero Universal, 29 mayo 1982, recogiendo las palabras pronunciadas por el President Pujol en el acto de inauguración de la planta solar térmica del Hospital–residencia Sant Camil, Sant Pere de Ribes, el 28 de mayo de 1982, donde afirmó que “para los políticos, lo fácil es decir que el problema de la energía se puede resolver acudiendo a la solar o a la eólica, pero eso son tonterías. Y son tonterías que han dicho algunos políticos muy importantes. Queda claro que la base de la energía es hoy la de origen térmico o nuclear”. Aún hoy, el expresident Pujol no ha rectificado.
La experiencia acumulada con aquellas primeras turbinas, hizo posible que Ecotècnia emprendiera el desarrollo de aerogeneradores de mayor potencia, 125 kW, cuyo primer prototipo se instaló en Tarifa, siendo durante algunos años el aerogenerador más productivo (medido en kWh/m2) de Europa. Con esta máquina se iniciaba la moderna generación de sistemas convertidores de energía eólica, de fabricación autóctona y que situaron a Ecotècnia entre las 10 empresas más importantes del sector eólico en el mundo.
Pero lo que no se ha explicado en ninguna publicación en lengua castellana son algunos curiosos acontecimientos que ocurrieron alrededor del pionero desarrollo de tecnología eólica en España.
La cooperativa Ecotècnia se fundó formalmente el 2 de abril de 1981, para poder optar al concurso que preparaba el CDTI, con dotación económica, para diseñar aerogeneradores de 5–10 kW de potencia y que finalmente se convocó en agosto de 1981, enmarcado en un Plan para el fomento y la investigación e innovación tecnológica, financiado por el Ministerio de Industria y Energía y la CEOE. Los ganadores del concurso fueron cuatro grupos, y entre ellos tres cooperativas: Ecotècnia, Gedeón y STS, además de IDE.
Como cualquier plan oficial del gobierno, se anunció y publicitó ‘con bombo y platillo’. Así, el 13 de noviembre de 1981 tuvo lugar en la sede del Ministerio de Industria y Energía de Madrid y con la presencia del ministro Bayón, la firma del convenio entre la Dirección General de Innovación Industrial y Tecnológica y los ganadores del concurso para el desarrollo de prototipos de aerogeneradores de 10 kW de potencia.
Estábamos presentes en el acto Joaquín Corominas y yo mismo, como cofundadores de la cooperativa, para actuar de firmantes. La sorpresa para ambos fue que al salir de la sala donde se desarrolló el acto de firma de los convenios premiados, un ordenanza nos reclamó el ejemplar del documento, ya firmado por ambas partes, argumentando que ya nos sería enviado en los días venideros.
El mismo día hubo una solemne recepción oficial en el Palacio de la Moncloa (con la participación del, entonces presidente del Gobierno español, Calvo Sotelo, y ante el, entonces, presidente de la CEOE, Ferrer Salat), donde, como suele ser en estos casos, se ensalzaron los ‘esfuerzos que estaba haciendo el gobierno del Estado, para fomentar la innovación’.
Hasta aquí, ninguna cosa que no se saliera de la joven normalidad democrática. Pero el concurso convocado por el CDTI tuvo un desenlace bien rocambolesco, pues después de firmar el correspondiente convenio, en la sede del Ministerio de Industria y Energía ante el ministro del ramo, que actuaba como una de las partes firmantes, el documento contractual nunca llegó a manos de los ganadores del concurso y el importe económico (14 millones de pesetas, hoy serían 96.000€) se hizo escurridizo. Para evitar el escándalo que se podía desatar, el CDTI negoció con los cuatro grupos ganadores del concurso la financiación, a riesgo, del 90% del coste de desarrollo de los prototipos de aerogeneradores.
Ello, la financiación y no el premio del concurso, posibilitó el nacimiento del prototipo denominado Ecotècnia 12/15, de cuya inauguración hoy, 30 años después, publicamos este recuerdo. Entonces nunca nos hubiéramos imaginado hasta donde podía llegar la tecnología eólica, como bien puede comprobarse estos días, participando en el evento de EWEA 2014 en Barcelona.
Hoy, 10 de marzo, se inaugura en Barcelona el EWEA 2014, el evento europeo mas importante relacionado con la tecnología y la industria eólica, en un momento en el que el gobierno español se ha puesto de rodillas frente a los que señorean el poderío del gas fósil, y que pretenden que sus siervos les rindan pleitesía, atacando a los que han desarrollado y aplicado tecnologías para aprovechar los flujos de energía que, libre y gratuitamente, nos proporciona nuestro planeta, Madre Tierra–Gaia.
También hoy, hace justamente 30 años, que se inauguró el prototipo de aerogenerador –que sirvió de planta piloto– bautizado con el nombre ‘Ecotècnia 12/15’ por sus 12 metros de diámetro y 15 kW de potencia nominal. Fue el primer aerogenerador moderno, conectado (‘alegalmente’, pues entonces no existía aún normativa al respecto) a la red, en Catalunya, al amparo de la Ley 82/1980 de Conservación de la Energía, el Real Decreto 907/1982 y las Órdenes que lo desarrollaron. La máquina eólica Ecotècnia 12/15 se presentó en público, en el mismo emplazamiento donde se había instalado, ante centenares de personas que habían acudido a la invitación, en un día de final de invierno gris y frío y con la presencia de representantes de los gobiernos catalán y español.
El aerogenerador Ecotècnia 12/15 fue la base a partir de la cual se empezaron a fabricar las primeras series de turbinas eólicas, marca Ecotècnia, de la primera generación (la serie 12/30), de las cuales se instalaron unos trenta. Las dos primeras en la Comunidad de Castilla–La Mancha (mayo 1985), cuatro más formando parte del primer parque eólico comercial del estado español (Granadilla, Tenerife, 300 kW, diez máquinas: cuatro Ecotècnia , cuatro GESA y dos Aerogeneradores Canarios; inaugurado el 11 de junio de 1986), diez en el parque eólico de Ontalafia (Albacete, 300 kW, 1987), y diez en el parque eólico de Tarifa (Cádiz, 300 kW, 1988), además de algunas máquinas individuales, en Los Llanos, Figuerola del Camp y Roses. Curiosamente solo dos en Catalunya, donde tenía su sede la cooperativa Ecotècnia.
Eran tiempos en que el presidente de la Generalitat no se avergonzaba de manifestar: ‘No podemos volver a los molinos de viento’ (éste fue el titular de El Noticiero Universal, 29 mayo 1982, recogiendo las palabras pronunciadas por el President Pujol en el acto de inauguración de la planta solar térmica del Hospital–residencia Sant Camil, Sant Pere de Ribes, el 28 de mayo de 1982, donde afirmó que “para los políticos, lo fácil es decir que el problema de la energía se puede resolver acudiendo a la solar o a la eólica, pero eso son tonterías. Y son tonterías que han dicho algunos políticos muy importantes. Queda claro que la base de la energía es hoy la de origen térmico o nuclear”. Aún hoy, el expresident Pujol no ha rectificado.
La experiencia acumulada con aquellas primeras turbinas, hizo posible que Ecotècnia emprendiera el desarrollo de aerogeneradores de mayor potencia, 125 kW, cuyo primer prototipo se instaló en Tarifa, siendo durante algunos años el aerogenerador más productivo (medido en kWh/m2) de Europa. Con esta máquina se iniciaba la moderna generación de sistemas convertidores de energía eólica, de fabricación autóctona y que situaron a Ecotècnia entre las 10 empresas más importantes del sector eólico en el mundo.
Pero lo que no se ha explicado en ninguna publicación en lengua castellana son algunos curiosos acontecimientos que ocurrieron alrededor del pionero desarrollo de tecnología eólica en España.
La cooperativa Ecotècnia se fundó formalmente el 2 de abril de 1981, para poder optar al concurso que preparaba el CDTI, con dotación económica, para diseñar aerogeneradores de 5–10 kW de potencia y que finalmente se convocó en agosto de 1981, enmarcado en un Plan para el fomento y la investigación e innovación tecnológica, financiado por el Ministerio de Industria y Energía y la CEOE. Los ganadores del concurso fueron cuatro grupos, y entre ellos tres cooperativas: Ecotècnia, Gedeón y STS, además de IDE.
Como cualquier plan oficial del gobierno, se anunció y publicitó ‘con bombo y platillo’. Así, el 13 de noviembre de 1981 tuvo lugar en la sede del Ministerio de Industria y Energía de Madrid y con la presencia del ministro Bayón, la firma del convenio entre la Dirección General de Innovación Industrial y Tecnológica y los ganadores del concurso para el desarrollo de prototipos de aerogeneradores de 10 kW de potencia.
Estábamos presentes en el acto Joaquín Corominas y yo mismo, como cofundadores de la cooperativa, para actuar de firmantes. La sorpresa para ambos fue que al salir de la sala donde se desarrolló el acto de firma de los convenios premiados, un ordenanza nos reclamó el ejemplar del documento, ya firmado por ambas partes, argumentando que ya nos sería enviado en los días venideros.
El mismo día hubo una solemne recepción oficial en el Palacio de la Moncloa (con la participación del, entonces presidente del Gobierno español, Calvo Sotelo, y ante el, entonces, presidente de la CEOE, Ferrer Salat), donde, como suele ser en estos casos, se ensalzaron los ‘esfuerzos que estaba haciendo el gobierno del Estado, para fomentar la innovación’.
Hasta aquí, ninguna cosa que no se saliera de la joven normalidad democrática. Pero el concurso convocado por el CDTI tuvo un desenlace bien rocambolesco, pues después de firmar el correspondiente convenio, en la sede del Ministerio de Industria y Energía ante el ministro del ramo, que actuaba como una de las partes firmantes, el documento contractual nunca llegó a manos de los ganadores del concurso y el importe económico (14 millones de pesetas, hoy serían 96.000€) se hizo escurridizo. Para evitar el escándalo que se podía desatar, el CDTI negoció con los cuatro grupos ganadores del concurso la financiación, a riesgo, del 90% del coste de desarrollo de los prototipos de aerogeneradores.
Ello, la financiación y no el premio del concurso, posibilitó el nacimiento del prototipo denominado Ecotècnia 12/15, de cuya inauguración hoy, 30 años después, publicamos este recuerdo. Entonces nunca nos hubiéramos imaginado hasta donde podía llegar la tecnología eólica, como bien puede comprobarse estos días, participando en el evento de EWEA 2014 en Barcelona.